Hace unos días, he leído la noticia de que las autoridades suizas han obligado a sus bancos a buscar a los propietarios (en realidad los herederos), de las cuentas bancarias que están depositadas en sus bancos y en algunos casos desde 1874, sí querido lector, has leído bien, desde 1874, es decir cuentas bancarias abandonadas desde hace más de 140 años.

Según la noticia, la cantidad allí abandonada son unos 41 millones de euros.

Antes de continuar, permíteme decirte que la banca suiza nunca ha dado intereses, o han sido mínimos esos intereses. Ellos ofrecían discreción y seguridad en tu dinero, pero no intereses.

En la práctica, esto significa que esos 41 millones de hace 140 años, si hubiesen tenido unos intereses solo del IPC, hoy serían más de 6.000 millones de euros.

Bueno, pues si tú crees que alguno de tus antepasados pudiese ser uno de los que tenían en Suiza una cuenta abandonada,  deberías de entrar en esta web y ponerte en contacto con ellos http://www.swissbanking.org/fr/home.htm

Muchas de esas cuentas no tienen nombre, son cuentas numeradas. Seguramente en algunas ocasiones has escuchado eso de “cuentas numeradas”, pero realmente nunca has entendido a que se refiere.

Las cuentas numeradas, son aquellas cuentas que el propietarios es el número 12345678899345, y no existe un propietario que se llame José González Fernández. Muchos de sus clientes no querían ser identificados y por tanto sus cuentas en vez de estar a su nombre, estaban a nombre de un número.

Lo lógico, es que estás cuentas numeradas, estén abandonadas por que su propietario ha fallecido y los herederos no conocen cual es ese número de cuenta y al no existir un nombre, no las van a poder reclamar.

La leyenda (y la realidad), nos indica que muchas de estas cuentas bancarias fueron abiertas durante la segunda guerra mundial, por Judíos y por Nazis. Los Judíos las abrían para evitar que les quitasen su dinero y a la espera de recuperarlo tras la finalización de la guerra. Los nazis, se lo habían robado a los judíos y guardaban el dinero en Suiza, con la esperanza de que les sirviese de “jubilación dorada”, tras la finalización de la guerra.

En la mayoría de los casos ni unos ni otros consiguieron recuperarlo, en el caso de los judíos estaban muertos y los nazis, también estaban muertos o habían huido y no consiguieron volver.

Te diré que Estados Unidos convenció a los bancos suizos al final de la década de los años 80, para investigar las cuentas allí existentes e intentar devolver parte a los herederos de los judíos muertos. Y una parte de ese dinero retornó a los herederos de las familias judías.

¿Y qué pasa en España con las cuentas abandonadas? ¿Existen realmente cuentas abandonadas?

Pues la respuesta es sí.

La legislación española considera como cuenta abandonada, aquella en la que el titular no haya realizado movimientos durante un periodo de veinte años.

A los veinte años, el banco está obligado a indicarle la existencia de dicha cuenta abandonada al Estado y se inicia un pequeño intento de encontrar a su propietario y/o a sus herederos, mediante el envío de una carta a su domicilio, la publicación en el BOE, e incluso si hubiese mucho dinero en la cuenta, mediante un anuncio en un periódico de la localidad.

Si no apareciese el titular o sus herederos, el dinero de esa cuenta pasaría automáticamente al Tesoro Público y el Estado tiene obligación de gastarse ese dinero en financiar programas dirigidos a promover la mejora de las condiciones educativas de las personas con discapacidad, no se puede gastar el dinero en ningún otro concepto.

Debo de indicarte, que si la cuenta abandonada hace veinte años tenía poco dinero, pongamos 2.000 euros, en realidad ese dinero se lo va a quedar el banco, porque van a empezar a cobrarle 10/20 euros trimestrales de mantenimiento por no existir movimientos y cuando cumplen los veinte años, se lo han comido las comisiones de los banco.

Por si estás interesado en el tema, la legislación española aplicable es la Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del Patrimonio de las Administraciones Públicas.